Gn 31:17-32 - "En el día que temo, yo en tí confío" - Serie Génesis No. 71

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INTRODUCCIÓN

Todos los días tenemos que tomar decisiones, pero ¿cómo podemos tomar decisiones en temas que para nosotros pueden ser muy difíciles y cómo podemos darle gloria al Señor en esas decisiones? Que situación más complicada. Tenemos toda la buena voluntad de hacer las cosas bien, pero de pronto viene el temor.
El temor que está presente por la inseguridad de nuestra vida o del día de mañana.
Y entonces cuando viene el temor a tu vida, empiezas a ser inestable para tomar decisiones y en muchas de ellas te vas equivocando. ¿No te ha pasado? A causa del temor hemos tomado muchas veces algunas malas decisiones que luego han tenido un impacto permanente o duradero en nuestras vidas y tal vez en la de otras personas.
En la historia que estamos viendo Jacob había estado 20 años bajo la acción del Señor y parece un hombre tan fortalecido en la fe, que deja el sustento de su salario a solamente la bendición de Dios porque escoge que para él serán las ovejas y cabras manchadas cuando lo normal o común era lo contrario. ¡Jacob parece estar obrando muy bien! Dios le había dicho que ya era hora de volver a casa y Jacob está decidido a obedecerle y va obrando muy bien. Pero el temor volverá a su vida al enfrentar todo esto. ¿Qué decisiones tomará? ¿Será que nuevamente vuelve atrás en su vida espiritual? ¿Cómo los planes de Dios pueden desarrollarse en un hombre así, que un día está fuerte en el Señor y otro día es presa del temor?
Hoy vamos a aprender todo esto de la porción de la Escritura. Y si el temor muchas veces ha sido también tropiezo para nosotros, entonces podemos ver qué nos dice la Escritura sobre todo esto. El título del mensaje de hoy es: “En el día que temo, yo en tí confío” y está basado en Génesis 31.17-32.

EXÉGESIS Gn 31.17-32

Resumen:
Jacob ha servido 20 años a Labán un hombre ambicioso.
Ha sido un enfrentamiento de astutos y engañadores, pero Dios ha obrado en la vida de Jacob en todo este tiempo.
Jacob llega a confiar en el Señor porque deja su bienestar y salario de las ovejas y cabras en Sus manos y entonces el Señor le bendice.
Ahora todo parece estar perfecto para Jacob, pues ya Dios le ha dicho que es hora de volver a casa con toda su familia. Él tiene 2 esposas y muchos hijos e hijas.
Jabón ha sufrido bastante a causa de estar en las manos de Labán, que de forma ambiciosa siempre arreglaba todo para sacar provecho de él, pero Dios había dicho basta y lo había cuidado.
Génesis 31:17 RVR60
17 Entonces se levantó Jacob, y subió sus hijos y sus mujeres sobre los camellos,
Jacob obedece el llamado del Señor. El Señor tiene propósitos para Él que ya han sido expresados anteriormente.
Jacob anteriormente no demostraba tener todo el control de la casa, sobre todo cuando las esposas le daban a sus siervas. Ahora Jacob ha aprendido mucho, y toma a sus hijos y a sus mujeres para acudir hacia los planes del Señor.
Contexto:
Jacob es el heredero de la promesa divina. Es por quién se cumplirá Génesis 3:15.
Génesis 3:15 RVR60
15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Jacob es parte de la línea mesiánica y debe hacer caso al Señor y toda su familia.
Génesis 31:18 RVR60
18 y puso en camino todo su ganado, y todo cuanto había adquirido, el ganado de su ganancia que había obtenido en Padan-aram, para volverse a Isaac su padre en la tierra de Canaán.
Jacob es honrado, está llevando lo que es suyo.
Se cumple, Dios había de bendecir a Jacob, él está siendo prosperado.
El viaje de 20 años lejos de casa, sí tuvo propósitos para Dios.
Ha aprendido sobre los desaciertos de engañar y traicionar los principios por lograr algo. Fue engañado por Labán.
Ha aprendido sobre el desorden de una casa en la que hay pelea por malas decisiones.
Su carácter tuvo que ser servicial en 20 años de prueba, en vez de que todo le sea de beneficio a él como anteriormente se comportaba.
Dios obró en ese tiempo y cumplió bendecir a Jacob. Pero ya era hora de volver a casa.
¡Nos olvidamos muchas veces cuánto Dios puede obrar en nuestra vida a través de situaciones dolorosas y restauración de mucho tiempo!
Génesis 31:19 RVR60
19 Pero Labán había ido a trasquilar sus ovejas; y Raquel hurtó los ídolos de su padre.
Aparentemente había llegado el momento ideal para salir y es probable que Labán se encontrara celebrando la fiesta de la “esquila de ovejas” que duraba varios días.
Terafin”, son los ídolos hogareños, estatuas pequeñas que traían fortuna y prosperidad a la familia. Pasaban de una generación a otra como parte de la herencia familiar.
Realmente te darías cuenta que aunque no pases estatuas a sus hijos o hijas, muchas veces les damos la herencia familiar de la fe en Cristo o del alejamiento de ÉL.
Parte sumamente compleja. ¿Por qué Raquel hurta estos ídolos?
¿Quería proteger a su padre de seguir con los ídolos antes de irse? Pero los guarda y no los destruye.
¿Los toma para que su padre no los consulte y no les alcance? ¿Quería proteger de esta manera a su familia de una posible guerra?
¿Los toma porque estos son de metales preciosos y pensará que los requiere para el largo viaje y la venta de estos a los mercaderes?
¿Los toma porque si bien no necesariamente era para adorarlos, sino que estos objetos eran tenidos como óraculos para saber que podía pasar (hasta que luego la Ley de Dios lo prohibe), pero que ella solo los quería como oráculos?
¿Ella había crecido en este ambiente de adoración y no podía dejarlo? (herencia familiar)
Realmente la Biblia no dice el motivo, y no queremos asumir uno para no equivocarnos, pero en todo caso, era una actitud reprochable. En todas las opciones esto no era necesario y es injustificable.
Lo que sí sabemos es que Labán era idólatrata y que cualquiera hubiese sido el motivo de Raquel robarlos no eran los pasos correctos.
¿Sabes cuándo necesitas de ídolos? Cuando no lo tienes todo. Cuando estás vacío o vacías, cuando no conoces a Cristo.
Génesis 31:20 RVR60
20 Y Jacob engañó a Labán arameo, no haciéndole saber que se iba.
Dios ha ordenado a Jacob volver a casa. La forma cómo lo hace es en gran medida responsabilidad de Jacob. No avisa a Labán a quien sirvió por muchos años y su suegro que se va.
Vuelve el temor, que siempre lleva a obrar mal, o de forma incorrecta.
Génesis 31:21 RVR60
21 Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó y pasó el Eufrates, y se dirigió al monte de Galaad.
El temor se manifiesta en la vida de Jacob nuevamente.
Esta no es una salida normal. La palabra “huir” está presentando que hay premura en las acciones que está realizando. Quiere evitar a Labán ciertamente.
Aunque no es una salida normal. Jacob ya había pasado por ese lugar. La primera vez fue en soledad y en pobreza. La segunda se ha enriquecido. Y a pesar de que ha visto la obra de Dios, aún tiene temor.
Génesis 31:22–23 RVR60
22 Y al tercer día fue dicho a Labán que Jacob había huido.23 Entonces Labán tomó a sus parientes consigo, y fue tras Jacob camino de siete días, y le alcanzó en el monte de Galaad.
Labán inicialmente tiene el deseo de tomar venganza y lleva gente consigo.
Génesis 31:24 RVR60
24 Y vino Dios a Labán arameo en sueños aquella noche, y le dijo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.
Lo que es oculto a los hombres es visible a Dios. Las intenciones del corazón las conoce el Señor.
Dios no permitirá que nada pase a Jacob, porque hay promesas para su vida, promesas que son para nosotros también como la línea mesiánica.
Labán no debe hablar ni bien ni mal de Jacob. Dios no permitirá excesos de Labán.
El Señor permitió el engaño de Labán a Jacob, permitió que trabajase 20 años, pero Dios mismo ya había dicho “basta” y había ordenado salir a Jacob. Nada puede detener a Jacob.
Tal vez hemos olvidado lo que significa “te guardaré” y “y yo estaré contigo”. Dios sí lo hace activamente. Nuestra débil fe muchas veces no nos permite darnos cuenta de esto, pero el Señor tiene cuidado de los suyos. A Labán solo le queda obedecer.
Génesis 31:25–26 RVR60
25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob; y éste había fijado su tienda en el monte; y Labán acampó con sus parientes en el monte de Galaad. 26 Y dijo Labán a Jacob: ¿Qué has hecho, que me engañaste, y has traído a mis hijas como prisioneras de guerra?
Labán va más rápido porque Jacob tien rebaños y puede alcanzarlo.
Jacob recibe el llamado de atención de un hombre idólatrata. Jacob había salido huyendo, temeroso y hasta engañando a Labán. Su miedo era muy grande aunque trataba de cumplir la voluntad de Dios.
Jacob se había equivocado en esto. Si Dios estaba guardando a Jacob, su salida era inminente y nadie podía detenerlo. No había necesidad de salir de esa manera.
Labán parece estar confiado que Jacob tomó a las hijas por la fuerza como parte de su plan para salir de su tierra. Pero las hijas están más del lado de Jacob que de Labán. Aunque una de ellas ha tomado los ídolos de su padre, algo lamentable.
Génesis 31:27–28 RVR60
27 ¿Por qué te escondiste para huir, y me engañaste, y no me lo hiciste saber para que yo te despidiera con alegría y con cantares, con tamborín y arpa? 28 Pues ni aun me dejaste besar a mis hijos y mis hijas. Ahora, locamente has hecho.
El temor es visible para otras personas, y Jacob había dado testimonio antes a Labán que Él era bendecido por Jehová.
Jacob al momento de explicar la salida a sus esposas, había dado testimonio de ser un buen trabajador. Labán a pesar de que sabía que él era un buen trabajador, ahora lo mira como quien ha cometido una actitud criminal.
tamborín y arpa” - instrumentos musicales habituales asociados a las celebraciones religiosas, victorias militares, pero también despedidas.
Despedida con alegría” - Es poco probable que Labán realmente hubiese hecho lo que menciona. Él no quería dejar ir a Jacob, lo había retenido mucho tiempo y su ambición no tenía tregua. Pero el reclamo aunque probablemente mentira, sí demandaba de Jacob una actitud más digna, de avisar que se iba.
El reclamo de un pagano a un creyente en Dios siempre es doloroso.
Génesis 31:29 RVR60
29 Poder hay en mi mano para haceros mal; mas el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.
Labán está equivocado. Es el hombre que se mira a sí mismo poderoso. Dios estaba del lado de Jacob.
Labán revela que no está ahí para hacer daño. No después que Dios advirtiera a Labán.
Génesis 31:30 RVR60
30 Y ya que te ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis dioses?
Uno de los motivos de la reacción de Labán es revelado. Alguien ha hurtado sus dioses. Labán cree que lo hizo Jacob.
¿Será que el temor evidente en la vida de Jacob, le había hecho pensar a Labán que Jacob robó sus dioses para tener esta protección?
Por qué me robaste mis dioses” - Jacob no era idólatrata, pero hay gente que espera equivocadamente en lo que no tiene vida (Labán).
Labán conoce el destino de la salida de Jacob “deseo de la casa de tu padre” pero no entiende los motivos. Jacob no podría estar llevando dioses ajenos, porque va al encuentro de la voluntad del Verdadero.
Jacob vino pobre y solo por fe, y no necesita salir con los dioses de Labán. Jehová estaba con Él y ahora Jacob salía rico y con una gran familia y siervos. Realmente no necesitaba los dioses de Labán.
Nadie que pone su confianza en el Dios de los cielos, Dios Salvador, requiere de los dioses del mundo. Los creyentes hemos aprendido que Jesucristo basta, que Él es suficiente y completa toda parte de nuestra vida. Jacob saliía de la casa de su suegro con la esperanza de que Dios obre en Él y cumpla sus promesas, que llegan a Cristo. Nosotros andamos en la misma promesa, que es Cristo.
Génesis 31:31 RVR60
31 Respondió Jacob y dijo a Labán: Porque tuve miedo; pues pensé que quizá me quitarías por fuerza tus hijas.
Jacob desconfiaba de Labán. ¿Quién no desconfiaría de Labán? Un hombre sumamente ambicioso que aún la dote que había pagado Jacob en 14 años, tal vez no era suficiente para Labán.
Génesis 31:32 RVR60
32 Aquel en cuyo poder hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tenga tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.
El robo o hurto es considerado sumamente malo y despreciable. El castigo o pena debe ser la muerte.
Jacob no sabe, no imagina que fue su amada que tomó de los dioses de su padre.
¿Cómo terminará esto?
Jacob tiene grandes defectos, como todos nosotros, pero también tiene grandes virtudes, y una de ellas es que ha aprendido a ser un hombre de fe. No requiere de dioses extraños, pero en esa casa no están todos comprendiendo a Quién están sirviendo y la magnitud de las promesas del Señor. A veces tú y yo no comprendemos la magnitud que es tener a Cristo, ser de Cristo, que Él tan solo ocupe un lugar de privilegio y honra en nuestro corazón.
Raquel es digna de muerte, ¿será que morira?

MEDITEMOS LA PALABRA

Aunque nos gustaría saber mucho lo que pasará en esta historia, por ahora debemos parar acá, porque hay muchas enseñanzas que el Señor tiene para nosotros en Su Palabra hasta la porción que hemos leido.

No necesitamos de dioses falsos, necesitamos entregarnos totalmente al Único Dios que es Real, que está Vivo, que es Verdadero y que nos ha dado la vida.

Labán tenía un gran deseo de recuperar su dioses, era la herencia familiar. Es un hombre que puede hacer una guerra por un dios falso.
Labán ha puesto sus ojos, su corazón y lo peor aún su esperanza en un ídolo que no siente. ¿Y dónde está nuestros corazones? Tal vez digas, yo no me inclino ante una estatua, pero no se trata tan solo de no inclinarse a una estatua sino de entregarse al que Sí es digno de tu honra, adoración, confianza, y fe y esperanza. Necesitamos adorar al Señor Verdadero.
Salmo 115:3–8 RVR60
3 Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho. 4 Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. 5 Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; 6 Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; 7 Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. 8 Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.
Los terafines parecían ser la herencia familiar de los dioses que traían prosperidad a la familia. ¿Cuál es nuestra herencia espiritual a nuestros hijos? Tal vez no les enseñas a arrodillarse ante una estatua, pero tal vez tampoco le has enseñado a arrodillarse ante el Verdadero Dios.
Tal vez nuestros hijos están aprendiendo que en quién ponemos nuestra confianza, nuestro dios, es la estabilidad económica, el trabajo próspero, uno mismo por las buenas decisiones, una vacuna, y que no está nuestra esperanza verdadera en el Señor.
Nosotros estamos en Quien es verdadero.
1 Juan 5:20 RVR60
20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
El mundo va a enseñar a nuestros hijos a honrar a los terafines, cualquier cosa que sea un sustento y confianza de autosuficiencia sin el Señor, será un terafin. Pero nosotros debemos enseñarles a nuestros hijos a conocer a Quien sí es verdadero, a Cristo. Este sí es Verdadero Dios, y nos trae la vida eterna.
No necesitamos de dioses falsos, necesitamos entregarnos totalmente al Único Dios que es Real, que está Vivo, que es Verdadero y que nos ha dado la vida.

La falta de sinceridad en el hogar conduce a situaciones trágicas en la familia. Los que conocemos a Cristo debemos honrar al Señor con todo esfuerzo para mantener unida a nuestra familia.

Jacob y Labán tienen una relación que hoy en día es común. Dentro de la familia, engaños, mentiras, egoísmo, ambición, peleas y muchas cosas. Labán estaba en una posición superior y tenía a Jacob en sus manos a causa de sus hijas, pero el aprovecharse de él solo le llevaba a distanciarse de sus hijas y de sus nietos.
Labán no verá a sus nietos crecer y muchos de nosotros a veces también terminamos separados de personas que eran tan importantes para nosotros a causa de la falta de sinceridad.
Labán no era sincero con Jacob, siempre quería obtener un beneficio de él. Jacob, no era sincero con Labán, acumulaba en su interior la presión de ser engañado continuamente hasta que decide huir.
Gálatas 6:9–10 RVR60
9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
Los que somos de Cristo, que es la misma promesa que espera Jacob, debemos andar en Cristo. Buscar hacer el bien, cuidar lo que amamos, bendecir a nuestra familia, no llevarla a la ruina o separación. Es posible que muchos nos hayamos equivocado en esto. Pero hoy podemos encomendarle al ÚNICO que puede restaurar nuestras familias, a Cristo. Y hacer un compromiso con Él de que vamos a empezar a cuidarnos unos a otros, esposos a esposas, esposas a esposos, hijos a padres, padres a hijios, cuidarnos entre hermanos, así como debemos hacerlo también a la familia de la fe.
La falta de sinceridad en el hogar conduce a situaciones trágicas en la familia. Los que conocemos a Cristo debemos honrar al Señor con todo esfuerzo para mantener unida a nuestra familia.

El temor te lleva a tomar malas decisiones en tu vida y a olvidar que el Señor cuida activamente a los suyos. La fe no es obrar en desesperación, sino entregarse al Señor y descansar en Sus manos.

Jacob es un hombre que a veces actúa muy bien y otras mal. Se parece mucho a nosotros.
Jacob era fugitivo al salir de su casa y ahora es fugitivo al volver a ella. Pero el Señor y su Providencia estaría cuidando a Jacob para el cumplimiento de sus planes especiales.
Labán tiene el deseo de afectar o tomar revancha contra Jacob, pero Dios no se lo permite. Jacob no debía descansar en su astucia, sino en las promesas de Dios.
Jacob aprovecha que Labán está trasquilando las ovejas para distanciarse. Esto no era necesario. Esta acción descansaba en su habilidad tan vieja de engañar. Si Dios prohibió a Labán hacerle daño cuando él había huído, también podía haberlo hecho cuando estaba con Él. La fe requiere obrar en absoluta confianza en el Señor. Hay que ejercitar la fe en las circunstancias más difíciles.
Si Dios había llamado a Jacob, él debía dejar que sea el Señor quien resolviera el rencor, ira y acciones de Labán. Nada podría escapar del control y Soberanía del Señor.
Salmo 56:3–4 RVR60
3 En el día que temo, Yo en ti confío. 4 En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?
Jacob es un hombre como nosotros, que sube y baja en la fe. Ha aprendido tanto en el Señor que se refugia en la fe para elegir su salario. No tiene temor por su sustento, pero luego, tiene temor por su vida y por no perder a su familia. Los temos parecen volver:
Jacob se priva de ver cómo el Señor puede cuidarlo sin tener que ensuciarse. Jacob se priva de esta bendición, aunque por supuesto el Señor sí lo está cuidando, pero pierde otras bendiciones de disfrutar plenamente de la paz que hay en esperar en el Señor.
Pero hay otras personas que se privan también de esto. Nosotros nos perdemos muchas de las bendiciones de Dios cuando ponemos en el esfuerzo humano el cuidado de nuestras vidas. ¿Tu salud, trabajo, familia, matrimonio, estabilidad, ministerio, fe, sueños, anhelos? Puedes estar en la situación más crítica de tu vida, vas a perderte de bendiciones hermosas por confiar en tus manos y astucia. Confía en el Señor.
EN EL DÍA QUE TEMAS, CONFÍA EN EL SEÑOR.
Confiemos en Cristo. Él nos ama tanto, que entrega su vida en la cruz para darnos nuevo aliento, nueva vida, con miras a la eternidad. Cristo era la promes que Dios tenía para Jacob y es la promesa que nosotros necesitamos hoy. Vamos a ir a Jesucristo.
Oremos.
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